Ciclo Grado Superior de Promoción de la Igualdad de Género
IES Al-Qázeres (Cáceres).
“Podemos ser astronautas, podemos ser arquitectas, podemos ser lo que queramos ser pero por ser mujer vamos a tener unos impedimentos que no tendrían los hombres”.
“Es que aún hay que instaurar una igualdad real; hay una igualdad formal, tenemos leyes, tenemos proyectos, programas, pero no hay igualdad real, es como si ponemos la tirita pero la herida no sana”.
Escuchamos a Alba Espadero y María Castillo y no podemos evitar ver cómo se abre un futuro ante nosotros. Alba es la primera promoción que saldrá este año del Grado Superior de Promoción de Igualdad de Género en Extremadura; María está en el primer curso y, a pesar de su juventud, ya nos sorprende con una claridad mental absoluta, pero, sobre todo, con un espíritu batallador imprescindible, un espíritu que comparten las dos.
Nos encontramos con ellas en el IES Al-Qázeres, de Cáceres, junto con Julia Gonzalo, una de las responsables de que esta primera promoción sea ya una realidad. Este ciclo de Grado Superior, nos explica Julia, se implantó por primera vez en Extremadura en el año 2016, y se imparte en el IES Bárbara de Braganza de Badajoz y en el Al-Qázeres de Cáceres, una formación reglada para contar con hombres y mujeres preparados para promover una igualdad efectiva y prevenir situaciones de desigualdad, tal como manda la ley.
Dos mil horas de formación más 400 de un periodo de formación en centros de trabajo, y aquí es donde la Diputación de Cáceres, a través de su Área de Igualdad, ha querido dar un paso al frente, firmando un convenio para que estos alumnos y alumnas puedan salir y realizar sus prácticas con las políticas de igualdad que se están llevando a cabo desde la Institución provincial.
¿Qué formación reciben? Una formación muy extensa, con una metodología basada en la intervención social. “Reciben una formación relativa a procesos de prevención de violencia de género, asesoramiento, compañía a mujeres que pasan por determinadas situaciones. También formación para ayudar a la promoción social de las mujeres. Estas alumnas y alumnos pueden diseñar campañas de prevención, prevención de desigualdades, diseño de programas personalizados para la inserción laboral de mujeres en exclusión social; reciben conocimientos de habilidades sociales para el desarrollo de la autoestima, de la confianza y el empoderamiento de las mujeres…”. Julia continúa hablando con una fuerza que es la que, sin duda, transmite a esas alumnas y alumnos que hoy escuchamos decir: “Me encanta lo que estudio, está cumpliendo las expectativas que tenía y además veo que estudio algo que nace de una necesidad social. La igualdad formal la tenemos, pero necesitamos una igualdad efectiva y ahí tenemos que estar nosotros y nosotras, instando continuamente a las administraciones y siendo día a día agentes del cambio”.
Eso sí, tanto Alba como María echan en falta más hombres. “En mi clase hay dos chicos, algo es algo, pero es muy poco y los queremos para la causa, nos gustaría más presencia masculina, porque las cifras que hoy tenemos de mujeres muertas no es un problema de la mujer, es un problema social en el que todos tenemos que estar para terminar con el sistema patriarcal que nos han ido imponiendo, y esto afecta a hombres y a mujeres”.
Pareciera que tanto Julia como Alba y María se olvidaran de nuestra presencia. Hablan e intercambian pareceres y reflexiones entre ellas y Julia advierte: “Tenemos aún que trabajar mucho, tenemos que estar preparados y preparadas para afrontar lo que está llegando. Estamos asistiendo a un repunte de machismo… lo llaman micromachismos, pero es machismo de toda la vida y las nuevas tecnologías están recrudeciendo algunos comportamientos de acoso, de normalización de actitudes violencias o de relaciones de desigualdad entre los más jóvenes”.
Continúan hablando y nos van descubriendo datos, como que hay un 30 por ciento de menores con medidas cautelares por actitudes sexistas, relaciones violentas, de acoso… “Es necesario que se instaure, desde infantil y primaria, un manual de buenas prácticas coordinado por toda la comunidad educativa”. Sí, aún faltan muchas cosas, pero también nos damos cuenta de lo grande que es que haya mujeres como las que tenemos enfrente y al frente de un trabajo y un movimiento que escuchándolas sabemos que no tienen freno, y ahí hemos de estar todos y todas, toda la sociedad en su conjunto. Gracias, Julia, Alba, María…
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