IES AUGUSTÓBRIGA (Navalmoral de la Mata)
PROYECTO: “Prevención de la violencia de género y fomento de una cultura de igualdad”
Imagínense que ante los ojos de un nutrido grupo de adolescentes se produce una discusión entre una pareja; una discusión, podría ser, de celos, de dudas, de “si no me quieres porque no me coges el móvil”, de “no me gusta que lleves una falda tan corta”… Imagínense que ese grupo de adolescentes pide a la pareja un alto en la disputa y entre todos analizan y buscan una solución, una salida al conflicto.
Bueno, pues eso es lo que se ha vivido en el Instituto Augustóbriga, de Navalmoral de la Mata. Ha sido ahí, a través de la asignatura de Artes Escénicas y Danza, donde se ha desarrollado el programa “Prevención de la violencia de género y fomento de una cultura de igualdad”, dirigido por Manuela Gutiérrez y Óliver Ramos, además de Mónica López, la profesora de Artes Escénicas y Danza, con un objetivo claro: acabar con el mito del “amor romántico” y con actitudes sexistas.
¿El instrumento? ¿El vehículo? El teatro. Ha sido a través de un teatro-foro como alumnos y alumnas de Educación Secundaria han representado y han participado activamente en la resolución de conflictos que se ven día a día, “aunque a veces no nos demos cuenta de que ocurren”, dice una de las propias alumnas.
Ha sido una experiencia tan tan real que la obra de teatro ha ido tomando forma a través de la improvisación, partiendo de un mensaje que Manuela y Mónica dejaban claro: “cómo queremos que nos quieran, cómo queremos querer y aprender a amar y ser amados siendo libres”.
En un trabajo previo, se toma conciencia de cómo la cultura, la socialización, la música, el cine, los cuentos… van construyendo roles en el amor, “van creando un ideal de amor romántico que puede conllevar a posibles relaciones de violencia y comportamientos tóxicos”. A partir de ahí, unos alumnos y alumnas asumirán en el escenario el papel de una pareja. Discute, se pelea… ¿por qué? Será entonces cuando se enciendan las luces y el público pase a ser también protagonista de la representación. Será el público el que vaya encontrando soluciones, mostrando las distintas posibilidades de luchar contra el control, contra una relación que puede llegar a ser tóxica, contra un pseudoamor. Es el público en su conjunto el que escribe el final de la obra.
“El teatro –nos dice Mónica- es una herramienta maravillosa de transmisión de mensajes, pero además es teatro entre iguales, lo comienzan en el escenario unos adolescentes, y lo continúan entre el público otros adolescentes, con lo que se sienten rápidamente identificados”. Pero se ha ido mucho más allá, porque, además de las representaciones que se han hecho para institutos, se ha ofrecido otra abierta al público en general, con lo que, el balance es que alrededor de 1.000 personas han podido participar en la resolución, el debate y el análisis de un conflicto real y diario, contra el que este programa, impulsado por la Diputación de Cáceres, quiere luchar.
Es fácil ver el éxito del trabajo hecho, es fácil verlo en el momento en que escuchamos a alumnos y alumnas que han participado en ello. “En el mito del amor romántico, la mujer tiene que ser sumisa, y eso no puede ser así. Nosotras debemos mandar en la relación igual que el hombre” “Yo antes no lo veía tan dramático, aunque lo he visto en algunos amigos, pero ahora, después de esto, he pensado y veo lo importante que es luchar contra estas cosas. Me da mucha rabia” “Te das cuenta de que los celos no es amor, que el control de tu falda no es amor; te das cuenta de que ellos se ponen lo que les da la gana… ¿por qué no nosotras?” “¿Y cuando te mandan un mensaje y no lo ves y se mosquean? Habrá que hacerles ver que tienes más cosas que hacer y por las que interesarte, ¿no?”…
Todo tan real, tan auténtico como ellas y ellos mismos dentro y fuera del escenario.
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