PROYECTO: “Empoderamiento y visibilización de las mujeres rurales”
Nazaret Calle tiene 26 años, una más que visible juventud, lo que no es óbice para que muestre una madurez absoluta a la hora de hablar de su trabajo, que no es otro que avanzar en una igualdad real y plena. Educadora social, máster en Formación del Profesorado, cursos de especialización en Igualdad, en mediación… y una convicción absoluta de la fortaleza de la mujer y de su derecho y obligación a hacerla visible.
Cabrero |
Casas del Castañar |
- «El papel de instituciones como la Diputación de Cáceres para poder lleva a cabo programas de este tipo es clave, y es clave por muchas razones, por ejemplo para que las mujeres del medio rural conozcan sus derechos, simplemente eso: sus derechos; también para ayudarlas a una formación, a despertar inquietudes y no se limiten a esperar cursos de manualidades o de costura; es clave para ayudarlas a acercarse al mundo laboral, y del mismo modo es clave para luchar contra el despoblamiento porque yo, por ejemplo, hoy puedo seguir viviendo en mi pueblo porque tengo trabajo, si no me tendría que haber ido hace ya tiempo».
- «Trabajar por la igualdad es esencial, sobre todo en el ámbito rural, porque, lamentablemente, muchas y muchos de sus habitantes aún viven anclados en el pasado. Hemos trabajado con las mujeres centrándonos en tres ejes: Igualdad de oportunidades, prevención de la violencia de género y asociacionismo, porque juntas es como podemos conseguir lo que nos propongamos».
El Torno |
- «Han descubierto que ellas mismas eran objeto de un estereotipo absolutamente asumido. A partir de ahí han dicho entender cómo se llega a la violencia de género. Algo clave para poder luchar contra ella».
- «Han repasado qué derechos se les ha robado. Con pena, algunas de ellas, las más mayores, recordaban cómo fueron apartadas de los estudios, porque la opción se la daban solo a sus hermanos varones; ellas debían quedarse al cuidado de la casa».
- «Han reconocido el silencio en torno al maltrato, a la violencia de género. Existía pero no se denunciaba, dicen, aunque todo el mundo sabía que existía».
Valdastillas |
- «Hemos vivido momentos muy fructíferos a pesar de su amargura, y han sido esos en los que algunas de las mujeres contaban que ellas habían sido víctimas de maltrato. Han sido momentos muy duros, sí, pero muy buenos porque todas han empatizado. Imagínate si hubiera habido algún hombre en la reunión, hubiera sido fantástico porque hubiera empatizado también con ese dolor que sentía la mujer».
- « “… Puse a fregar a mi marido. El primer día lo dejó todo lleno de grasa, pero le dije que lo había hecho bien, y así ha seguido fregando...” Entre risas, nos contaba esto una de las mujeres, lo hacía entre risas, sí, pero sabiendo de la importancia. Muchas de ellas han ido introduciendo al hombre en las tareas que siempre han debido ser propias de ambos sexos. Esto es muy importante».
Vamos terminando. Nazaret se muestra satisfecha… ¡aunque no del todo!, parece decir. “Hemos hecho mucho, hemos descubierto muchas cosas entre todas. Las jóvenes han aprendido de las más mayores y las más mayores de las jóvenes… pero, insisto, hecho en falta hombres, tenemos que sumar a los hombres en estas actividades. Será la única manera de avanzar realmente”. Y sabemos que hasta que no lo consiga, Nazaret no va a parar.
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